Mucho se había hablado de estos estrenos, y las dos principales ofertas televisivas de la noche del miércoles iban a competir duramente. Telecinco, nuevamente, ganó la partida, pero eso es lo de menos.
Farmacia de guardia, sin duda, ha sido una serie que ha marcado un antes y un después en la historia de la televisión en España, y su último capítulo, emitido el 28 de diciembre de 1995, alcanzó una cuota de pantalla del 62.8%, algo impensable hoy en día.
La última guardia ha reunido a todos los protagonistas de la mítica serie, cada uno con sus vidas, idas y venidas. Lo más sorprendente o chocante, al menos para mí, fue la aparición de Guille con dos hijos gemelos, ya creciditos. No sé, no me encajó, no era capaz de asimilar ese papel tan maduro y responsable en el eterno niño que, en Farmacia de guardia, aparentaba ser.
Y si a la mayoría se les notaba el paso del tiempo, otros permanecían intactos en él, este es el caso de Carlos Larrañaga. Para dar respuesta a este hecho tengo dos teorías:
1 - Se mantiene muy bien.
2 - Le hemos seguido la pista gracias a todos los escándalos y las consiguientes páginas que ha rellenado en estos últimos quince años en la prensa del corazón.
Sea cual sea el motivo, Adolfo también tenía intacto su particular sentido del humor, fusión perfecta con la ternura que despierta Lourdes.
¿Se han cerrado definitivamente las puertas de la farmacia más famosa de nuestro país?
jueves, 11 de febrero de 2010
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ResponderEliminarYo estaba deseando verlo y me decepcionó bastante. El guión la verdad que no era muy bueno, la aparición de nuevos personajes se podía haber evitado, las nuevas tramas después del paso de tiempo no encajaban con nada; vamos creo que se podía haber sacado mucho más partido.
ResponderEliminarAunque me quedo con la parte del final donde Lourdes se despide de Adolfo y éste le dice: "qué más dan 19 meses si tú me estás esperando". Resume la esencia de la serie:la ternura de las relaciones por muy tormentosas que hayan sido.
Me quedaré con el recuerdo de el resto de Farmacia de Guardia, esa gran serie de mi infancia