El pasado sábado todos los telediarios abrieron con la misma noticia:
terremoto de 8.8 grados Ritcher en Chile. De repente, la sombra de lo ocurrido en Haití,que
lentamente empieza a recomponerse,pasó por nuestras cabezas.


La tierra ha vuelto a temblar con una contundencia insólita, y tras el boom informativo de los primeros días, Chile quedará completamente solo,
velando a sus muertos y deseando que jamás se hubiera parado el tiempo.
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