domingo, 7 de marzo de 2010

Terremoto en Chile: Inmunidad

Las tragedias que aparecen día tras día en televisión llegan a nosotros, y tras digerirlas, una y otra vez, tienen siempre un impacto en nosotros. Habitualmente, nos revuelven el corazón, nos dejan sobrecogidos, nos asustan, y crean en nosotros una sensación de inseguridad, tristeza, compasión...una mezcla de sentimientos y emociones que, dependiendo de la magnitud y la cercanía del acontecimiento, se manifiestan en nosotros con un mayor o menor grado de intensidad.

No obstante, no me deja de sorprender lo acostumbrados que estamos a este tipo de historias indeseables y sus correspondientes imágenes, cuánto más sangrientas e impactantes mejor. Sin embargo, tanta tragedia y tanta carga emocional negativa tienen su efecto y crean en nosotros una cierta inmunidad.

Con el terremoto ocurrido hace 6 semanas en Haití ha ocurrido algo parecido, evidentemente, ninguna catástrofe natural puede evitarse, tan sólo preverse para así reducir daños; y el terremoto de Haití creó una conmoción nada equiparable a la provocada por el terremoto vivido en Chile hace apenas una semana. Con Haití los medios y la red se volcaron de forma absoluta, conexiones en directo, denuncias múltiples del mal reparto de comida, caos, desaparecidos…ahora Haití está olvidado, pero, de nuevo, la tierra tiembla en Chile. Si Haití no importaba nada, ahora, desde luego, importa menos. Todo en televisión tiene fecha de caducidad, y cuanta más espectacularidad pierde un acontecimiento, menos tiempo ocupará en los informativos.

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