La televisión privada en España sufrió un espectacular cambio hace unos años con la llegada de dos nuevas cadenas de televisión: Cuatro y La Sexta.
El 7 de noviembre de 2005, llegó Cuatro a nuestras televisiones. Sus resultados de audiencia aquel día fueron realmente prometedores, y su informativo, emitido tras una bienvenida de 15 minutos alcanzó un 15% de share, aunque en Madrid llegó a conseguir un 30% de cuota de pantalla, segunda opción tras Antena 3. Sin duda, estos buenos resultados en el estreno fueron fruto de la curiosidad, porque en sus casi 5 años de emisiones, Cuatro sigue siendo una cadena que no compite de forma directa con las privadas ya instauradas en su llegada.
Unos meses más tarde, concretamente el 27 de marzo del 2006, comienza a emitir otra cadena privada, La Sexta. Desde sus inicios, esta cadena se ha posicionado de una forma propia y concreta, dejando a un lado la generalización y centrándose en un target exclusivo, y es que los deportes han sido su principal baza.
La Sexta, a pesar de ser una cadena “mini generalista”, ha sabido aprovechar su posicionamiento, no busca competir con las grandes, se dedica única y exclusivamente a su público, y programas como Sé lo que hicisteis, El intermedio, o Buenafuente son su seña de identidad.
Sin embargo, Cuatro no ha conseguido posicionarse de forma tan clara, y su falta de claridad a la hora de fijar un target, le pasa factura. Evidentemente, Cuatro se dirige a un target joven, al menos algo más joven que el de sus rivales Antena 3 y Telecinco, pero no ha sabido crear un vínculo especial con la audiencia, y salvo excepciones como Callejeros o El Hormiguero, no hay un sello propio de identidad que les identifique.
martes, 4 de mayo de 2010
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