Fusión

La semana pasada saltó la noticia: Cuatro y Telecinco se fusionan.

Las alarmas se disparan, la noticia está en la calle y en los medios. Y nos preguntamos…

¿Veremos a Sara Carbonero con Iñaki Gabilondo en las noticias de la noche? ¿Serán Kiko Hernández o Karmele los nuevos fichajes del Hormiguero? ¿Se convertirá Belén Esteban en la nueva reportera de Callejeros? ¿Estudiará Iker Jiménez los fenómenos extraños de la cadena amiga? ¿Se fusionarán en una sola cadena llamada cincuenta y cuatro? ¿O tal vez se nombre como cuarenta y cinco?

...Pues nada de eso, para desilusión de algunos.

Telecinco, resumiendo, se queda con Cuatro y adquiere una participación del 22% en Digital Plus, y el grupo Prisa se convierte en el segundo accionista de Telecinco, por detrás de Mediaset. Se calcula que todas estas negociaciones y cambios finalizarán en mayo de 2010.

Y frente a este gigante, que se calcula, podrá controlar el 45% del mercado publicitario de la televisión en abierto, ¿cómo ven el panorama los "posibles y futuros" perjudicados?

Se habla de una posible fusión entre Antena 3 y La Sexta, esta última cadena fue el blanco de Prisa hace unos meses, cuando el grupo buscaba desesperadamente una salida a su situación financiera. Pero no resultó.

Ante esta situación, RTVE contempla este batiburrillo desde la barrera, y ve peligrar el liderazgo de la Uno.

Aún queda esperar, y ver que nos depara el futuro televisivo en este 2010, que parece, vendrá cargado de cambios.

Belén Esteban, triunfo seguro

Nos gusta el morbo, y mucho además.

La "princesita del pueblo", como muchos la llaman, concentró ayer todas las miradas. Y es que tras la expectación provocada por la operación estética a la que se sometió la controvertida "tertuliana" de Sálvame y la posterior exclusiva en la revista Lecturas, la entrevista en Telecinco se preveia como un auténtico "bombazo" para la cadena.

Jorge Javier Vázquez la presentó como si de una estrella se tratase, la comentarista bajó las escaleras de plató pisando una gran alfombra roja; y gracias a todo este teatro, Telecinco, y en concreto, Sálvame Deluxe, consiguieron su Óscar, alcanzando los 6.532.000 espectadores a las 23.34 de la noche. Sin duda alguna, Belén Esteban fue la gran triunfadora del día.



Belén Esteban reapareció anoche con un nuevo rostro y con un talante mucho más relajado, parece ser que está dejando atrás toda la polémica que ha arrastrado durante años y que alcanzó su punto más álgido hace unos meses, cuando llegó a ser portada en todos los telediarios de nuestro país por la criticada decisión del Defensor del Menor.

En tan sólo unos días, la Esteban se enfrentará a uno de sus mayores retos televisivos: dará las campanadas con Jorge Javier Vázquez en Telecinco.

¿Viviremos las campanadas de forma tradicional, o Telecinco también será líder de audiencia? Se aceptan apuestas.

TVE y los problemas de sonido

Del pasado de entradas anteriores, vuelvo a la actualidad, y de nuevo, con TVE.
Y es que la segunda edición del informativo de hoy martes, ha tenido unos problemas técnicos que han obligado a su presentadora, Pepa Bueno, a despedir el telediario a las 21.12 horas.
Más de un telespectador habrá cambiado de canal al escuchar a Pepa Bueno contradecir lo que sus labios indicaban, todo ha sido un completo caos: el retardado es uno de los peores enemigos de la televisión.

Desconcierta esa falta de sincronización en el programa más importante del día, son los telediarios los programas que mayor perfección y profesionalidad transmiten, y resulta chocante ver errores de tal magnitud prologándose en el tiempo durante más de cinco segundos.

A pesar de todo, la situación se ha manejado de la mejor forma posible,y a las 21.30 el Telediario 2 se ha reanudado.

Un fallo, lo tiene cualquiera, pero más de uno, dormirá con mal cuerpo esta nohe.

Ya no es lo que era

Otra vez vuelvo a la televisión de ayer, a la tele que yo recuerdo, con la que crecí.
Y con nostalgia y algo de lástima, compruebo que la evolución, en cuanto a programación infantil, no ha ido a mejor.

Si analizamos un poquito la programación de hoy, nos damos cuenta de que lo infantil está casi casi violado, no se presta atención a los más pequeños, y tan sólo se incluyen series de relleno, para supongo, callar bocas. El target infantil no ha sido nunca prioridad de las cadenas generalistas, pero antes, al menos teníamos algo más de protagonismo.

¿Quién no recuerda el asqueroso “Pringue, pringue” verde o las mazmorras del Club Disney?



¿Y los concursos en el Aquopolis del Club Megatrix en los que todos queríamos participar? ¿Os suena de algo Rocko Alicates y sus famosos bocadillos de chorizo? ¿Y vosotros, no desayunabais con muuuuuucha marcha mientras veíais a una rubia extravagante llamada Leticia Sabater? ¿Os acordáis, cuando ya estabais rozando el pavo, de un Cristian Gálvez y una Kira Miró muy muy jovencitos presentando Desesperado Club Social?

Todos estos programas estaban hechos a nuestra medida, participaban niños como nosotros, en definitiva: se nos tenía en cuenta.

Pero hoy, ¿existe algo similar en la programación infantil?
Si es cierto que TVE dispone de Los Lunnis, y Telecinco cuenta con un espacio llamado Boing, pero ninguno de los dos tiene algo que ver con Megatrix, Club Disney o cualquiera de los programas de nuestra época. Intentos recientes de hacer una programación infantil más parecida a la de ayer han sido Birlokus Klub en T5, y Comecaminos en TVE, ambos con presentadores que introducían las series, y alguna que otra trama muy simple, pero sin demasiado éxito.

¿Cuál es el porqué de esta transformación? ¿Tanto han cambiado los niños de hoy? Tal vez se han vuelto sumamente impacientes, y eso de los concursos, ganar premios, hacerse socios de algún programa (CONFESAD… todos tenéis el carnet de Club Megatrix perdido por vuestro cuarto) les parece un aburrimiento y quieren ir directos a la acción. O bien, gracias a las nuevas plataformas digitales, y a la TDT hay tanta oferta infantil que resultaría absurdo invertir en un programa de tales características.

No lo sé, pero desde luego, los niños de hoy se están perdiendo mucho.